Vida creativa

Cuando te invade una continua curiosidad por crear, por aprender, por experimentar, por comprender la existencia desde todos sus planos... no hay más remedio que rendirse a esa búsqueda, disfrutar el proceso y entregar todo lo que eres a la investigación constante. 

Una vida creativa se construye desde la teoría y la práctica, la contemplación y la actividad, la inspiración y la frustración, la dispersión y el foco, la expansión y los límites, la individualidad y la fusión con el todo, lo relativo y lo absoluto. Contempla una oscilación permanente en el ciclo vida-muerte-vida; una renovación de saberes, de intereses, de puntos de vista, que van dejando restos y se mezclan con los nuevos para crear una espiral ascendente hacia un destino que solo podemos intuir levemente.

Una vida creativa implica recoger los huesos del pasado para armar de nuevo tu esqueleto al ritmo de una fresca melodía; te invita a disfrutar como niño, a usar el placer como un indicador de coherencia con tu alma; te atrapa sin excusa y no te queda más remedio que ser tú mismo, a la vez que eres el medio para que la vida se cree a sí misma.