Fracasados del mundo, alzad vuestras manos.
Fracasados de la historia, ocupad vuestro lugar en el gran palco de las autoridades.
Nadie tenga vuestro destino, líbrenos la vida de vuestro ejemplo.
Sin embargo ¡En qué modo os amamos!
¿Y no es el amor, de cualquier modo, el objeto último de toda criatura?
¿La llave y el secreto de la misma eternidad?
Friedrich Nietszche